El Hogar y Refugio La 72 es un albergue que atiende a personas migrantes, mayormente de origen centroamericano. Proveemos de lo básico: hospedaje, alimentación, atención de salud en general y salud mental. También es un espacio de defensa de los derechos humanos de las personas migrantes en la frontera Sur. Hay un área de atención y acompañamiento legal en procesos de refugio ante la COMAR, denuncias por delitos en México y procesos de regularización migratoria.
En La 72 hay un área de atención especial a personas con otro tipo de vulnerabilidad, como mujeres embarazadas o personas de la comunidad LGBT, y otra área de cambio estructural. Es un área de incidencia y de educación comunitaria. Trabajamos en las rutas migratorias para construir una red de apoyo a personas migrantes para que el tránsito sea más seguro por Tenosique.
En Tenosique estamos viviendo una crisis humanitaria, una crisis dentro de las instituciones gubernamentales, dentro de la estación migratoria de las oficinas de la COMAR. Las organizaciones están desbordadas, estamos recibiendo los números más altos en la historia de La 72, más de 70 personas al día.
Hay un muro que está construido desde el 2014 con el Plan Frontera Sur y han regresado las redadas y los operativos de Migración, ahora con la Guardia Nacional. La gente está aterrada, llevan muchos meses esperando respuestas a las solicitudes de la COMAR, pero es casi imposible. Con la nueva presencia de las autoridades de migración, de los operativos violentos, de los retenes de la Guardia Nacional, todo es muy violento para ellos. Hay una cacería de personas.
Cuando iba a entrar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, nosotros dijimos, “está bien, habrá respeto a los derechos humanos, estamos de acuerdo”, pero vimos que eso no sucedió. Las instituciones siguen desbordadas, no pueden procesar los trámites, la gente está aquí estancada. Vemos que este discurso sobre los derechos humanos, la no persecución y que los migrantes serían integrados a nuestra sociedad es un discurso vacío. Han regresado los operativos y las redadas con una violencia que ya vimos con el Plan Frontera Sur.
La solución que propone el gobierno federal respecto al desarrollo de los países expulsadores está en la línea del modelo neoliberal, de una inversión que beneficiará a los que siempre se ha beneficiado, a las grandes empresas grandes y grandes inversionistas, pero no tendrá un efecto para el pueblo que está ardiendo en Centroamérica. La gente va a seguir migrando. Los muros sólo sirven para violentar, no para que la gente no esté siendo expulsada de sus hogares y de sus pueblos.
Alexandra Leston
Coordinadora del área de cambio estructural en La 72 Hogar y Refugio
Tenosique, Tabasco
Pareciera que Tenosique no le importa a nadie. Es la frontera olvidada. Pero esa aparente indiferencia tiene un transfondo pues Tenosique es, desde tiempos ancestrales, un lugar estratégico, la frontera entre la Península de Yucatán y el resto del país. Y ahora, con esto de las fronteras, esta región es cada vez más atravesada por migrantes en su camino hacia el norte.
Tenosique está entre los dos ríos más caudalosos de México, pero el más cercano es el Usumacinta. Es muy rica en recursos naturales y es un territorio tibio, hablando en el lenguaje del crimen organizado. Se dice tibio por que no conviene calentarlo mucho pues por aquí pasan muchas cosas: personas, ganado, maderas, no olvidemos que por el Usumacinta fue saqueada la selva Lacandona.
Se trafican seres humanos. El tema de la migración acarrea otros fenómenos, problemas y crímenes. Uno de ellos es la trata de personas para cuestiones laborales y sexuales. En Tenosique hay hasta 15 casas de prostitución, clandestinas, por supuesto.
Estamos a tres horas de lo que está a punto de inaugurarse: la refinería de Dos Bocas, donde el gobierno federal y estatal han ofrecido 20 mil empleos. Está también el proyecto el Tren Maya, que tendrá aquí la segunda estación, viniendo de Palenque; o la penúltima, viniendo de la península. Es un lugar estratégico para los proyectos del nuevo gobierno, ya también para el crimen organizado y el trasiego de absolutamente todo. Esto es Tenosique.
La Bestia era un tren de pasajeros y de carga, pero el abandono institucional o gubernamental de la empresa del ferrocarril lo convirtió en lo que ahora se conoce como La Bestia, que transporta sólo carga, chatarra y seres humanos indocumentados.
Fue inaugurado en los 50, pero no les duró ni cinco décadas porque en 1997 el presidente Ernesto Zedillo privatizó y concesionó todos los ferrocarriles. El tren dejó de ser de pasajeros, pero no dejó de transitar y se convirtió en un transporte de mercancías que utilizan los migrantes centroamericanos para transportarse hacia el norte. Este es el tren que ahora quieren rescatar para la cuestión turística y comercial.
El proyecto del llamado Tren Mata disparará o profundizará los problemas sociales. El tren va hacia la zona turística de la Riviera Maya, donde hay un problema serio de consumo de drogas y de lucha por las plazas. Habrá droga, corrupción, crimen organizado.
Los megaproyectos no vienen solos. Hay también cinco represas detenidas en el Usumacinta que se pondrán nuevamente sobre la mesa.
Pero mucha gente quiere el Tren Maya en Tenosique. Si salimos a la calle y preguntamos a las personas en el mercado, afuera de las iglesias, en la calle, la gente quiere el Tren Maya porque le han vendido la idea de que es progreso para el pueblo, para la ciudad.
La oferta para que los migrantes trabajen en la obra del tren es una estrategia, por lo menos mediática, para inhibir la migración. El presidente dice que una de las primeras cosas que atenderá el Tren Maya es el empleo para los hermanos centroamericanos que no quieran ir hacia el norte, pero empleará unos cuantos porque necesitan el dinero y cualquier dinero es bienvenido, pero no es que los migrantes estén ansiando trabajar en la construcción del Tren Maya. Esto no va a detener el flujo migratorio.
Ni la construcción del Tren Maya ni la de la refinería ni todo el supuesto desarrollo social y económico que están pensando va a detener este tipo de migración.
Tomás González, fraile franciscano
Casa Refugio La 72
Tenosique, Tabasco
Salí de Honduras por amenazas de los mareros. Mi esposo trabajaba en un taller de soldaduras, fueron a cobrar los impuestos y como el patrón no los quería dar, empezaron los tiros y quitaron el negocio. Ahí mi esposo trabajaba de vez en cuando y ese día cayó preso, y en el presidio, como están todos revueltos con los mareros, le dijeron que tenía que trabajar para ellos. Mi esposo no quería tener problemas, lo golpearon allí y no pudo recibir visitas un mes de lo golpeado que estaba. En la cárcel lo amenzaban diciendo que nos iban a matar a nosotros. Fue cuando hubo una masacre en el presidio y él tenía que trabajar matando gente, pero él dijo que no. Hubo tres muertos y 25 heridos.
Pidió un cambio de módulo y los policías le llevaban los anónimos, y a mi casa siempre llegaban hombres con moto, hombres extraños. Por el temor de mis hijos, él me dijo que me viniera. Él está preso y yo me vine con mis hijos. Es muy difícil.
Yo tengo una conocida que es pastora y que vive en Juárez. Ella me va a ayudar porque aquí en Tenosique es muy difícil. Allá quiero encontrar trabajo en la maquila.
Yo no me quedo aquí, aunque me digan que va a haber trabajo del gobierno. Tampoco quiero llegar a Estados Unidos, ya no es mi meta. Tengo un niño en Honduras todavía, quiero salir del refugio para poder estar con mi otro hijo, que él se venga.
La gente seguirá migrando, no lo van a detener. Está feo allá en Honduras. Hubo una masacre ahora en el estadio, en el partido, mataron a tres muchachos.
Verónica, 30 años
Migrante de Tegucigalpa, Honduras
Hogar Refugio La 72
Tenosique, Honduras
Salí de Honduras por mi hijo que tiene 16 años. Él estaba siendo muy perseguido por La Mara 18, querían que mi hijo se metiera a cierta banda. A mi hijo me lo golpearon dos veces y la última vez le dieron droga para que la vendiera. Tuve yo que pagarla con mi dinero. Al siguiente día agarré camino con mis hijos, dejé mi trabajo de 12 años botado.
Cuando venía en camino pasamos tres retenes de Migración, en Guatemala dos nos pidieron mordida. Me pidieron pasaporte, pero yo no había tenido tiempo de sacar pasaportes ni para mis hijos ni para mí. Me pidieron 500 quetzales por cada uno y tuve que darlos, porque mi miedo era que me dejaran atrás con mis hijos. Venimos acá y también en la combi me cobraron 500 pesos para dar mordida a los que estaban en el retén, ya en México.
Estamos esperando un traslado para Monterrey, allá vamos a hacer la vida con mis hijos, a trabajar. A Honduras no podemos regresar.
Aquí a uno lo denigran porque es hondureño. Buscas trabajo y te dicen “cien pesos”, hay que entrar desde las cinco de la mañana hasta las siete de la noche, a veces sólo por 70 pesos. Es una descriminación tremenda. Si uno sale de su país no es por venir a molestar a México, sino porque hay necesidad.
No aceptaría un trabajo en un programa del gobierno en Tenosique, yo voy para Monterrey. Nosotros vamos más adelante, no podemos quedarnos acá.
Las personas siempre van a tirarse a la suerte. Unos amigos me dijeron que vienen en camino, y les dije que está tremenda la pasada. Me dijeron que se van a arriesgar porque está tremendo en Honduras.
Mi nombre es Carmen, vengo de Santa Rosa del Copán, Honduras, y vine con mis tres hijos. Tengo 36 años.
Carmen, 36 años
Migrante de Santa Rosa del Copán, Honduras
Hogar Refugio La 72
Tenosique, Honduras
Me fui de mi país por la extorsión. Tenía un negocio y lo cerré, me tuve que pasar a otra colonia porque me andaban buscando, querían que yo siguiera pagando cuando ya había cerrado el negocio.
No tengo un lugar específico a dónde ir, sólo un lugar donde tenga trabajo para ayudarle a mi mamá y a mis sobrinos. Si encontrara trabajo aquí sí me quedaría a vivir. Me vine, pero no tengo la idea de ir a Estados Unidos. Sí venía con la idea, tengo una hermana en Estados Unidos, pero desde que llegué a México no me volvió a contestar. Ya me quedé. Es difícil pasar para acá, no digamos de aquí para allá.
Sólo quiero un lugar donde haya trabajo, no importa dónde sea. Yo trabajo en electrónica. No puedo trabajar en el campo porque nunca lo he hecho. Yo tenía un taller en electrónica reparando televisiones, equipos de sonido, cosas así.
Es la primera vez que viajo así, que salgo de mi país. Los que salen nos cuentan una historia, pero no sabemos si es verdadera. Quizá mucha gente anda huyendo porque quizá mató a alguien o le mataron a alguien. Yo he conocido aquí a varias personas que han matado. Quizá vienen también de los maras o vienen huyendo de ellos.
Luis Alfredo, 32 años
Migrante de Honduras
Hogar Refugio La 72
Tenosique, Honduras